viernes, 4 de junio de 2010

MADRE NUESTRA.!!
















Madre nuestra que estás en la tierra,
en la sierra, en el llano,
en el mar, en la isla y en la selva..!!

Madre tierra
-indefensa-
agredida, violada y depredada..!

Abusada por la ambición
la perfidia desmedida de tus hijos.

Madre pródiga,
generosa, inagotable..
sigues dando vida
desde tu entraña dolorida.

Madre Natura:
te explotan, te hieren;
no sólo con el hacha, el fuego,
el taladro..!!
la motosierra,
los químicos..
También te explota
El falso ecologista,
Los falsos defensores del "ambiente".
que fingen defenderte
y sólo buscan notoriedad.

Madre Nuestra :
de agua, mar y tierra,
de oro y plata,
de azufre y de carbón,
de sal, aceite y vida.

Defiéndete, protesta, erupciona..!!!
vomita fuego y lava,
no te dejes matar..!!

Por: Universi Zambrano Romero (Poeta ecuatoriano)

jueves, 3 de junio de 2010

El fin de la barbarie





















La era de la barbarie había llegado a su fin. Ni el más fatídico presagio serviría de referente para intentar ilustrar lo que fueron esos cien años guerra. Se sabe que todo comenzó luego de que la tierra sufriera un significativo aumento en su temperatura.
Los 5,8oC de incremento pronosticado para el año 2040, habían subido 7,7oC, lo que representó un cambio violento y profundo en la biósfera terrestre, mayor que en cualquier siglo de los últimos 10.000 años.
La razón principal para esta drástica subida de temperatura fue debido al proceso de industrialización iniciado hace dos siglos y medio y, en particular, por la combustión de cantidades cada vez mayores de petróleo y carbón, la tala de bosques y algunos métodos de explotación agrícola y ganadera.
Estas actividades aumentaron el volumen de gases de efecto invernadero en la atmósfera, sobre todo de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso. Cuando el volumen de estos gases llegó a niveles incontrolables, provocaron unas temperaturas artificialmente elevadas. El decenio del 2040 fue el más cálido del último milenio, y 2049 el año de más calor.
El cambio climático provocó extinciones masivas nefastas de especies animales y vegetales. Los últimos cálculos, hechos antes de la Gran Guerra, mostraban que entre los años 1500 y 1850 desaparecía una especie cada 10 años. Entre 1850 y 1950, una especie por año. A partir de 1990 una especie por día, en el 2000 una especie por hora y en el 2040 llegó a desaparecer una especie por segundo. En su desesperada lucha por sobrevivir, las pocas especies que lograron adaptarse, sufrieron mutaciones en sus estructuras macroscópicas y morfológicas, convirtiéndose en verdaderas máquinas depredadores.
Los rendimientos agrícolas desaparecieron en las zonas templadas, no se diga en las regiones tropicales y subtropicales. Todas las zonas continentales interiores, por ejemplo el Asia central, el Sahel africano y las grandes llanuras de los Estados Unidos, ahora son desiertos inhóspitos. Los ciclones y huracanes fueron cada vez más frecuentes y poderosos, inundaciones y sequías más intensas.
Todos los glaciares de montaña de las regiones no polares desaparecieron. En la zona ártica de Rusia, Canadá y Alaska, los edificios se derrumbaron debido a que el permafrost que se encontraba bajo sus cimientos se derritió.
El nivel del mar subió por término medio entre diez y veinte centímetros durante el siglo XX, y para el año 2100 ésta había alcanzado el metro veinte. Esta subida de las temperaturas hizo que el volumen de los océanos se expandiera y la fusión de los glaciares y casquetes polares aumentara el volumen de agua. Los mares invadieron los litorales que eran fuertemente poblados. Países como India, Bangladesh, Indonesia desaparecieron prácticamente por completo y las pocas reservas de agua dulce se contaminaron, provocando migraciones en masa.
Un total de 46 países y 2.700 millones fueron afectados por el conflicto armado y la guerra debido al cambio climático. Gran parte de África, Asia y Sudamérica sufrieron brotes de guerra y caos social ha medida en que las altas temperaturas lo erosionaban todo. Europa y Norteamérica pagaron caro sus pecados. Las principales víctimas fueron los países que carecían de recursos y estabilidad para ocuparse del calentamiento global. La humanidad se organizó en grupos de defensa regionales y estallaron conflictos armados en todos los puntos cardinales del globo.
En África se multiplicaron miles de pequeñas milicias irregulares que se lanzaron al Norte en búsqueda de agua y comida, al igual que India y China, pero hacia el Oeste. Los colonizadores europeos fueron colonizados.
En América la situación tomó tintes dantescos. Con la crecida de las aguas del Atlántico y del Pacífico, todo Panamá desapareció por completo, al igual que parte de Costa Rica. Los dos océanos se unieron, separando para siempre el Norte y el Sur.
Australia se inundó por todos los bordes y del centro hacia afuera, los apocalípticos incendios liquidaron todo rastro de vida humana. Sydney fue como la Roma de Nerón. Se convirtió en el primer continente vacío.
Otros cuantos millones de refugiados climáticos se desplazaron al interior de sus propios Estados. Colombia, Malí y Birmania fueron los países más afectados por estos desplazamientos internos.

Por: Pancho Ortiz

miércoles, 2 de junio de 2010

Me caí del mundo y no sé por donde se entra...
















Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco..

No hace tanto, con mi mujer, lavábamos los pañales de los críos, los colgábamos en la cuerda junto a otra ropita, los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar..

Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda, incluyendo los pañales.

¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables! Si, ya lo sé. A nuestra generación siempre le costó botar. ¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables! Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el pañuelo de tela del bolsillo.

¡¡¡Nooo!!! Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra. Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto. Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades.

¡Guardo los vasos desechables!

¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez!

¡Los cubiertos de plástico conviven con los de acero inoxidable en el cajón de los cubiertos!

Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la vida!

¡Es más!
¡Se compraban para la vida de los que venían después!
La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, vajillas y hasta palanganas de loza.
Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de refrigerador tres veces.

¡¡Nos están fastidiando! ! ¡¡Yo los descubrí!! ¡¡Lo hacen adrede!! Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo. Nada se repara. Lo obsoleto es de fábrica.

¿Dónde están los zapateros arreglando las media-suelas de los tenis Nike?
¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando colchones casa por casa?
¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista?
¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros?
Todo se tira, todo se desecha y, mientras tanto, producimos más y más y más basura.

El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad.
El que tenga menos de 30 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el que recogía la basura!!
¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de... años!
Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy hablando del siglo XVII)

No existía el plástico ni el nylon. La goma sólo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en la Fiesta de San Juan .
Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban. De 'por ahí' vengo yo. Y no es que haya sido mejor.. Es que no es fácil para un pobre tipo al que lo educaron con el 'guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo', pasarse al 'compre y bote que ya se viene el modelo nuevo'.Hay que cambiar el auto cada 3 años como máximo, porque si no, eres un arruinado. Así el coche que tenés esté en buen estado . Y hay que vivir endeudado eternamente para pagar el nuevo!!!! Pero por Dios.

Mi cabeza no resiste tanto.

Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que, además, cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real.

Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya si era un nombre como para cambiarlo) Me educaron para guardar todo. ¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a todo.

Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes y no sé cómo no guardamos la primera caquita. ¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?

¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente, no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con la que se consiguieron?

En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto. Y guardábamos.. . ¡¡Cómo guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!! ¡¡Guardábamos las tapas de los refrescos!! ¡¿Cómo para qué?! Hacíamos limpia-calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares. Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela. ¡Tooodo guardábamos!

Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraban al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores descartables. Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de sardinas o del corned-beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave. ¡Y las pilas! Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín.

Las cosas no eran desechables. Eran guardables. ¡¡¡Los diarios!!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para pone r en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver. ¡¡¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne!!!

Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque para hacer cuadros y los goteros de las medicinas por si algún medicamento no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos y los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía 'éste es un 4 de bastos'.

Los cajones guardaban pedazos izquierdos de pinzas de ropa y el ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en una pinza completa.

Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden 'matarlos' apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada: ¡¡¡ni a Walt Disney!!!

Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron: 'Cómase el helado y después tire la copita', nosotros dijimos que sí, pero, ¡¡¡minga que la íbamos a tirar!!! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas. Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico se transformaron en adornos de dudosa belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de botellones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella.

Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. ¡¡¡Ah!!! ¡¡¡No lo voy a hacer!!! Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad son descartables.

Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer. No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne.. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo,pegatina en el cabello y glamour.

Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares. De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la 'bruja' como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva. Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo de que la 'bruja' me gane de mano y sea yo el entregado.

Eduardo Galeano, periodista y escrito Uruguayo.
Tomado de zeitgeistcolombia.blogspot.com

martes, 1 de junio de 2010

10 especies emblemáticas del país, en inminente riesgo




















El riesgo de extinción se incrementa para al menos 10 de las especies más representativas de la fauna del Ecuador.


Un campanazo de alerta dieron los defensores de las especies. Lo hicieron en el informe Perspectiva Mundial sobre la Biodiversidad, que la ONU difundió la semana pasada.
Ese reporte se basa en el IV Informe Nacional para el Convenio sobre la Diversidad Biológica. Este documento revela que 15 especies de vertebrados ya desaparecieron. Además, que otras 65 especies están en serio peligro y 129 más en riesgo.
Los especialistas reforzaron esa advertencia durante el ciclo de conferencias que continúa hoy en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, en Quito, con motivo de la Semana de la Diversidad Biológica.
Ese diagnóstico se contrapone con la inclusión de Ecuador entre los 17 países más megadiversos. En territorio nacional se reportan 382 especies de mamíferos, 1 655 de aves, 404 de reptiles, 464 de anfibios y 1 539 de peces de agua dulce y salada.
Especies como el cóndor y el oso de anteojos, consideradas emblemáticas de los Andes ecuatorianos, están en peligro de extinción. Organizaciones públicas y privadas hacen esfuerzos para tratar de salvarlos, pero aún no logran resultados .
Francisco Sornoza, estudioso de las aves de la Fundación Jocotoco, y Gabriela Montoya, bióloga de la Unidad de Vida Silvestre del Ministerio del Ambiente, coinciden en que el ser humano es el mayor responsable de esas amenazas. A este se le atribuye la destrucción de los hábitats por deforestación, así como de los páramos y sistemas marinos.
En el Informe Nacional se asegura, por ejemplo, que los bosques de la Costa están entre las áreas más amenazadas en cuanto a la extinción de las especies.
La conclusión de Luis Suárez, de Conservación Internacional, es que la ampliación de las zonas de cultivos constituye una amenaza para el ojo de anteojos.
El caso de este animal es uno de los más dramáticos, a causa de la reducción de los páramos, para dar paso a las actividades agropecuarias. Lo mismo ocurre con el cóndor. Es atacado por los dueños de las haciendas, quienes lo consideran una amenaza para su ganado.
La situación empeora cuando los territorios se fragmentan. Así las especies se quedan aisladas en grupos y se altera la variedad genética. Sufren problemas como mutaciones que a la larga afectan a su existencia. Esa es la sugerencia de Suárez. Una alternativa pudiera ser la creación de corredores ecológicos que permitan la conexión entre los animales en riesgo.
El Informe Ecuatoriano sobre la Biodiversidad también se refiere a la contaminación, en especial de ríos y lagunas. En la Costa, por ejemplo, es consecuencia del uso de fertilizantes en camaroneras y bananeras y de plaguicidas en las palmicultoras. Lo mismo sucede en la Amazonía con el empleo de mercurio en la minería y por los derrames petroleros.
“Así, muchas especies quizá desaparecieron sin que siquiera las hayamos conocido”, cree Suárez. Eso es más posible con los anfibios, reptiles e insectos. “Por tratarse de ejemplares pequeños pasan casi inadvertidos u ocultos entre la maleza”.
Montoya y Suárez recomiendan una salida: fortalecer las áreas protegidas (en el país son 42), de los bosques y otros espacios públicos y particulares.

El cóndor es una de las más emblemáticas del país. Un monitoreo reveló el año pasado el avistamiento de solo 27 ejemplares. La cacería y falta de alimento son los mayores peligros. Se trata de salvarlo, al criarlo en cautiverio.

El jaguar es amenazado por la cacería para la venta de su piel y la pérdida de su hábitat por deforestación. Hay evidencias de su presencia en los parques nacionales Sumaco-Napo-Galeras y Yasuní, y en otras reservas.

El zamarrito pechinegro es un colibrí que habita entre los 2 745 y 4 500 m de altitud, al noreste de Pichincha. Son pocos los ejemplares vistos en los últimos años. La destrucción de los bosques es el principal peligro.
El águila arpía es una especie vista en los bosques de Esmeraldas, Manabí y la Amazonía. Pero la cacería hace que su población se reduzca a unos pocos ejemplares. Incluso en la zona occidental están en grave peligro.

El oso de anteojos es otra especie en mayor peligro. Aunque, según el Libro Rojo de los Mamíferos del Ecuador, hay unos 2 500 individuos adultos, la expansión agrícola y ganadera acaban con sus hábitats: los páramos andinos.
Otras especies en riesgo:
• Cóndor andino: En peligro crítico
• Oso de anteojos u oso andino: En peligro
• Zamarrito pechinegro: En peligro crítico
• Ballena jorobada: Vulnerable
• Iguana marina de Galápagos: Vulnerable
• Nutria gigante: En peligro crítico
• Águila arpía: Vulnerable
• Jaguar: Vulnerable
• Tortuga gigante de Galápagos: Vulnerable
• Mono capuchino: Estado vulnerable
• Peligro crítico: En riesgo extremadamente alto.
• Peligro: Un alto riesgo de extinción.
• Vulnerable: Alto riesgo en estado silvestre.


Fuente: El Comercio / www.elcomercio.com