martes, 29 de junio de 2010

SENPLADES y su responsabilidad con la Iniciativa Yasuní-ITT



Lunes 28 de Junio de 2010 00:00
Ecuadorenvivo


Carta de Alberto Acosta a René Ramírez, Secretario Ejecutico de SENPLADES

El ex presidente de la Asamblea Constituyente, Alberto Acosta, ha hecho llegar al secretario Ejecutivo de la Senplades, René Ramírez, sus preocupaciones por la falta de definiciones relacionadas con la Iniciativa Yasuní-ITT.

Acosta plasma sus inquietudes en una carta que a continuación reproducimos textualmente:

Doctor
René Ramírez
Secretario Ejecutivo de la SENPLADES
Ciudad

De mis consideraciones:

En mi calidad de ciudadano comprometido con los cambios propuestos desde la expedición y aprobación popular de la Constitución del año 2008, me permito transmitirle las siguientes inquietudes relacionadas con la Iniciativa Yasuní-ITT y sus consecuencias.

Esta Iniciativa, nadie lo duda, ha recorrido un camino importante. A pesar de todas las dificultades y problemas que ha atravesado, mantiene su encanto, sobre todo a nivel internacional. Sin embargo aún existe desconcierto en el Ecuador por la falta de definiciones. Más allá de la preocupación por la no firma del fideicomiso, instrumento financiero indispensable para empezar a recibir las contribuciones internacionales, todavía nos falta profundizar en lo que implica el desafío de dejar el crudo en el subsuelo.

En este contexto, considero que es el momento de sentar los cimientos necesarios para hacer del Yasuní el lugar del nacimiento efectivo del Sumak Kawsay. No sólo nos preocupemos de proteger esa zona megadiversa en donde viven pueblos no contactados. Hagamos un esfuerzo para construir una propuesta de vida digna para todos los habitantes de esa región, respetando, por cierto, la vida en libertad de los pueblos en aislamiento voluntario.

Vale la pena tomar en cuenta que el Yasuní es por una parte, un área protegida, es una zona habitada sobre todo en las riveras de los ríos por varios asentamientos humanos y es, además, territorio indígena.
La propuesta Yasuní ITT requiere señales fuertes a fin de destacar el carácter integral de la misma. Requerimos un plan del Buen Vivir para el Yasuní. Eso implica objetivos, estrategias, programas y medidas concretas para atender de manera creativa y sustentable las necesidades de las poblaciones en dicha región y en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Yasuní. Para lograrlo será indispensable la participación activa de los gobiernos locales y de las comunidades de la zona, tal como se contempla en las normativas de planificación vigentes.

En el caso del Yasuní, como sucede en gran parte de la Amazonía, es notaria la ausencia del Estado. En tanto factor de desarrollo y democracia, la presencia estatal es prácticamente nula. Su acción se limita a normar el trabajo de las empresas petroleras y lamentablemente también a propiciar respuestas represivas cuando las comunidades con justa razón reclaman la desatención estatal. Las poblaciones por muchos años han creído que la entrega de los diferentes servicios públicos es tarea que compete a las empresas petroleras.

La realidad en algunas zonas del Yasuní es en extremo compleja. Allí hay ya huellas de la degradación social y ambiental, propias de las actividades petroleras y de las complejas relaciones sociales que se desarrollan a su alrededor: contaminación, basura plástica, alcoholismo, corrupción, división social, criminalidad y abandono. Incluso existe en esa región un conflicto no resuelto en diez años sobre la cabecera cantonal; ésta fue desplazada arbitrariamente de Nuevo Rocafuerte a Tiputini a pesar de la oposición de todas las instancias institucionales.

Aun cuando todos estos hechos debilitan la posibilidad de llevar adelante una adecuada gestión de planificación, existe un proceso de organización creciente, una conciencia de la importancia del Parque Nacional Yasuní y un fuerte deseo de ser parte activa de su protección. Con una gestión inteligente, oportuna, es decir ahora, y con propuestas claras de descentralización y participación podríamos un salto de calidad.

Estamos frente a un escenario en donde es posible ir más allá de no explotar el crudo. Podemos hacer del Yasuní un lugar de real vigencia del Sumak Kawsay, sin combustibles fósiles, con soberanías alimentaria y energética, sin pobreza, con efectiva participación ciudadana. Dejar el crudo en el subsuelo es muy importante, pero no suficiente. Tenemos que caminar hacia un Ecuador post petrolero en donde la vida plena sea la norma. Por lo tanto, desarrollar un plan de Sumak Kawsay de manera participativa, plural y creativa, es indispensable y posible.

De acuerdo a la Constitución de Montecristi el plan de desarrollo y ordenamiento territorial es competencia de los gobiernos autónomos y descentralizados. Entre estas competencias están el fomentar la participación, la organización, la vigilancia y la discusión de todo el proceso de planificación, incluyendo los presupuestos participativos. Por lo tanto, en este empeño planificador la SENPLADES debería convocar a todos los gobiernos locales y a las comunidades.

Una señal de este tipo tendría efectos importantísimos a todo nivel. Internacionalmente demostraría que continuamos a paso firme con la Iniciativa Yasuní-ITT. A nivel nacional constituirá un buen piso para entender los verdaderos alcances del Sumak Kawsay, y cuál es la verdadera magnitud de dicha Iniciativa. A nivel local sería un acto de justicia para con esas poblaciones amazónicas tradicionalmente marginadas.

No podemos permitir que una Iniciativa de carácter revolucionario se desinfle por falta de acciones concretas o se duerma en el éxito de su lanzamiento.

Por lo tanto, dejo en sus manos esta inquietud y me despido,

Con un cordial saludo,

Alberto Acosta
CI 17020888822

1 comentario:

Panchoora dijo...

La propuesta de Alberto Acosta a René Ramírez, Secretario Ejecutivo de la SENPLADES, sobre la necesidad de crear un plan del Buen Vivir para el Yasuní, donde están implicados "objetivos, estrategias, programas y medidas concretas para atender de manera creativa y sustentable las necesidades de las poblaciones en dicha región y en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Yasuní", y la participación de los gobiernos locales, no es un pedido descabellado ya que esa sería la única forma que la Iniciativa se incorpore definitivamente dentro del Plan Nacional del buen Vivir y así cuente con ejecutores concretos, se pueda monitorear y, sobre todo, se contemplen fondos permanentes dentro del Presupuesto General del Estado.

Ahora la pelota está en la cancha de SENPLADES y esperemos responda de manera coherente con su razón de ser institucional y correspondiente con el nacimiento efectivo del Sumak Kawsay.